Ultimamente he leido en “La Gaceta” espanola un
articulo sobre la esclavitud moderna y la organización Walk Free
que lucha contra una realidad compleja, que incluye el trabajo libre en
condiciones de pobreza, pero a la que llama "esclavitud". Describe la
esclavitud como la situación en la que una persona es propiedad de otra. La
realidad, que incluye el
reclutamiento obligatorio y la participación forzosa en guerras, queda al
margen de
las denuncias del informe. Según sus cálculos, hay más de 20 millones de personas en “esclavitud moderna”,
de los más de 7.000 millones de personas que pueblan el mundo.
Utilizar al hombre como herramienta lleva muchisimos anos. En lugar de
exterminar al enemigo, era
menos costoso y más provechoso esclavizarlo.
Durante la
Grecia clásica, así como durante la época romana, un esclavo podía escalar en la sociedad, e
incluso poseer otros esclavos, pero seguía siendo instrumento de otra persona,
y seguía sin tener los derechos plenos que derivan de la ciudadanía.
La baja
edad media, con la destrucción de la división del trabajo, ató a esclavos y
señores a la tierra, convirtió a los primeros en siervos.
La
esclavitud comenzó su declive con la aparición, en torno al siglo XVIII, del
capitalismo.
La
esclavitud moderna es rentable, ya que genera ganancias de por lo menos US$32 000 millones
por año, más que el producto combinado de Islandia, Nicaragua, Rwanda y
Mongolia. Y no es un problema de países lejanos y pobres nada más: casi la
mitad del total, que se calcula en US$15 500 millones, se produce en países
ricos e industrializados. Esos esclavos modernos son explotados en el sector de la agricultura,
la construcción, el trabajo doméstico y la prostitución.
La
esclavitud existe hoy día pese a que está prohibida en la mayoría de los países
donde se practica. También la prohiben la Declaración de los Derechos Humanos
de 1948 y la
Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de
Esclavos y las
Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud, de 1956. La esclavitud tiene características que la
distinguen de otras violaciones de los derechos humanos.
A un esclavo:
·
Se le obliga a trabajar -
mediante amenazas psicológicas o físicas;
· Se le convierte en propiedad
de un "empleador", generalmente mediante maltrato físico o mental o
mediante amenazas de maltrato;
· Se le deshumaniza y se le
trata como a una mercancía, o se le compra y vende como a una
"pertenencia";
·
Se le limita físicamente o
se le impone restricciones a su libertad de movimiento.
En el siglo XIX, el precio de un esclavo en los
Estados Unidos era comparable al precio de hoy de un nuevo coche
particular de clase media. Hoy en día el precio se ha reducido drásticamente,
el promedio es sólo $ 100. Ademas los
medios de comunicación propagan el mito de que las víctimas son
las chicas atractivas secuestradas en la calle. Hoy en día, los traficantes de hombres no tienen que raptar
a nadie. Las personas abrumadas
con la difícil situación económica se presentan solas a los “comerciantes”.
Creo que hay que prevenir la
situacion hasta su eliminación completa a través de las campañas de información
y aumento de la conciencia del público, la formación del personal que pueda
entrar en contacto con víctimas del trafico de hombres.
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